El niño rana
En el verano de 1971, el pequeño y pintoresco pueblo de Englewood, situado en el condado de Coos, Oregon, se vio envuelto en un halo de descubrimiento y misterio. Contrario al calor típico de la estación, tres niños realizaban un hallazgo escalofriante cerca de Snedden Creek. Allí, escondidos parcialmente por la madre naturaleza, descansaban restos humanos que generaron décadas de conjeturas y especulaciones.
En un rincón remoto, se hallaron los restos de un joven. Aunque su identidad exacta fue un misterio por un tiempo, se le otorgó un sobrenombre peculiar pero inolvidable: “Niño Rana”. Este nombre, aunque informal, encapsuló el enigma del difunto.