El Templo de Salt Lake, el mayor edificio religioso construido por la Iglesia Mormona, es un símbolo reconocido mundialmente. Completado en 1892, su finalización fue un evento monumental presenciado por miles. Su imponente presencia en Salt Lake City simbolizaba más que un logro arquitectónico; era un símbolo de fe y perseverancia para la comunidad mormona.
La construcción del templo duró 40 años y reflejó la dedicación y el compromiso de sus constructores y de la comunidad eclesiástica en general. Para muchos, la finalización del templo marcó el fin de un largo viaje, tanto físico como espiritual, en la construcción de un lugar de adoración y comunidad en el corazón de Salt Lake City.