30 dólares con consecuencias
Sarah, siempre compasiva, siente su corazón tocado al ver a una joven chica pidiendo limosna en la fría acera de la ciudad. La presencia solitaria y la situación desesperada de la niña conmueven profundamente a Sarah y la impulsan a actuar.
Movida por la compasión, Sarah se acercó a la niña y le ofreció el único dinero que tenía – 30 dólares. Era un simple gesto de bondad, realizado por Sarah sin esperar nada a cambio. Pero sin que ella lo supiera, esto no era el fin de sus historias entrelazadas, sino más bien un comienzo decisivo.